
Trasplante de médula ósea en la enfermedad de Huntington
El trasplante de médula ósea protege a los ratones HD de algunos síntomas, lo que sugiere que el sistema inmunitario puede ser un objetivo importante
¿Existen conexiones entre el sistema inmunitario del cuerpo y la progresión de la enfermedad de Huntington? Nuevas pruebas sugieren que la corrección de los cambios en el sistema inmunitario podría tener un impacto real en los aspectos cerebrales de la EH.
La enfermedad de Huntington como enfermedad cerebral
Cuando se estudiaron por primera vez los cerebros de personas que habían muerto a causa de la enfermedad de Huntington, la observación más llamativa fue que muchas células de una parte del cerebro llamada cuerpo estriado habían muerto durante el proceso degenerativo. De hecho, casi había agujeros en el cerebro donde debería haber estado el cuerpo estriado.

Al igual que muchas áreas de la ciencia y la investigación médica, los primeros hallazgos influyen enormemente en los investigadores que vienen después, animándoles a ‘buscar primero debajo de la farola’ en lugar de en los rincones más oscuros que aún no se han explorado. Gran parte de la investigación sobre la EH se ha centrado en lo que va mal en el cuerpo estriado, pero ¿es esa toda la historia?
A medida que observamos de forma más amplia, se ha hecho cada vez más evidente que la EH no es solo una enfermedad del cuerpo estriado, ni siquiera de los ganglios basales, sino que puede afectar a otras partes del cerebro, como la corteza cerebral (que puede ser particularmente importante para los síntomas emocionales y del pensamiento).
Sin embargo, en los últimos años también se ha hecho evidente que la patología de la EH no se limita únicamente al cerebro, sino que también puede producirse en otros órganos y sistemas del cuerpo.
El sistema inmunitario en la EH
Todas y cada una de las células de nuestro cuerpo contienen el gen de la EH, y en las personas con un gen de la EH expandido, la proteína huntingtina anormal también se encuentra en todas las células.
La última revelación en este viaje de descubrimiento acaba de ser publicada por Wanda Kwan, Paul Muchowski y sus colegas en el Journal of Neuroscience.
Muchowski y sus colegas estaban haciendo un seguimiento de las pruebas recientes de que el sistema inmunitario es disfuncional en la EH. El sistema inmunitario es crucial para proteger el cuerpo humano de los gérmenes.
En el pasado, los científicos han considerado el cerebro como ‘inmunológicamente privilegiado’, lo que significa que el cerebro estaba separado del resto del sistema inmunitario del cuerpo. Pero descubrimientos recientes sugieren que el sistema nervioso central (con el cerebro como su máxima expresión) y el sistema inmunitario comparten una relación compleja. De hecho, la comunicación cerebro-inmune va en ambos sentidos: el sistema inmunitario del cuerpo puede cambiar el cerebro, y los cambios en el cerebro pueden reflejarse en el sistema inmunitario.
Un estudio anterior, en el que participaron Maria Bjorkqvist y Sarah Tabrizi, que también son coautoras de este nuevo artículo, de muestras de sangre de portadores de la mutación de la EH y de familiares sintomáticos de la EH, se centró en las moléculas que regulan el estado del sistema inmunitario. Este estudio reveló que moléculas específicas muestran cambios tempranos en los sujetos con EH en comparación con los voluntarios de control sin la mutación de la EH.
Al igual que prácticamente todos los cambios que se han encontrado en pacientes con EH, también se descubrió que estas moléculas del sistema inmunitario estaban alteradas en la sangre de ratones con EH. Por lo tanto, el papel del sistema inmunitario en la EH puede probarse experimentalmente utilizando modelos de ratones con EH.
Los lectores de HDBuzz recordarán otro estudio del grupo de Muchowski que demostró que un fármaco conocido como JM6 alteraba los síntomas en ratones con EH, a pesar de no ser transportado en absoluto al cerebro. Es probable que JM6 funcione, en parte, a través del sistema inmunitario.
Trasplante de médula ósea

Ahora que está claro que la moderación del sistema inmunitario puede tener efectos en los cerebros de los ratones con EH, Muchowski y sus colegas han realizado un experimento inteligente. Llevaron a cabo un trasplante de médula ósea en ratones con EH, reemplazando la médula ósea de los ratones con EH por médula ósea recogida de ratones sanos (‘de tipo salvaje’).
La médula ósea es crucial para generar nuevas células para el sistema inmunitario y, por lo tanto, este tipo de trasplante probaría el papel del sistema inmunitario en la EH. Los trasplantes de médula ósea se realizan regularmente en humanos cuya médula ósea ha sido dañada, por ejemplo, después de la quimioterapia.
¿Funcionó?
Los hallazgos fueron muy interesantes. Los ratones con EH que habían recibido un trasplante de ratones de control sanos mostraron una mejora sutil, pero significativa, en los problemas de movimiento que normalmente muestran los ratones con EH.
El análisis de las ‘sinapsis’, las billones de conexiones que se sabe que se producen entre los miles de millones de ‘neuronas’ del cerebro, proporcionó pruebas de que el trasplante de médula ósea sana en los ratones con EH había afectado directamente a los cerebros de los animales. Cuando las células cerebrales están enfermas o muriendo, empiezan a perder sinapsis, lo que provoca importantes problemas de comunicación en el cerebro.
El trasplante de médula ósea aumentó el número de sinapsis en el cerebro, lo que sugiere que este cambio en el sistema inmunitario estaba impactando directamente en el cerebro. Esto es extremadamente emocionante, porque demuestra que podemos proporcionar tratamientos al cuerpo que tienen un impacto directo dentro del cerebro.
Por último, algunas de las moléculas del sistema inmunitario antes mencionadas que están alteradas en los pacientes con EH y en los modelos de ratón, se restablecieron a niveles normales tras el trasplante de médula ósea. Esto sugiere que el sistema inmunitario se ha restablecido, en cierta medida, a niveles normales.
Como discuten los autores, los efectos del trasplante de médula ósea sana no condujeron a un rescate completo de los síntomas, sino que mostraron efectos ‘modificadores de la enfermedad’. Esto no es sorprendente, ya que los cerebros de los ratones con EH continuaron expresando la mutación genética y, por lo tanto, estuvieron expuestos a los efectos tóxicos de la proteína huntingtina.
Sin embargo, este importante nuevo artículo proporciona evidencia adicional de que el sistema inmunitario se ve afectado en la EH y que la corrección de la disfunción inmunitaria podría tener efectos beneficiosos para los pacientes.
Sugiere nuevas vías para seguir investigando los procesos de la enfermedad en la EH y también apunta hacia un posible enfoque de ensayo clínico. Es posible que necesitemos dirigirnos tanto al cerebro como al cuerpo, incluido el sistema inmunitario, si queremos desarrollar enfoques exitosos para prevenir y tratar la EH.


