Huntington’s disease research news.

En lenguaje sencillo. Escrito por científicos.
Para la comunidad mundial de la EH.

¿Afectan los antidepresivos al deterioro cognitivo? Hay más tela que cortar en la enfermedad de Huntington

Investigaciones recientes sugieren una conexión entre el uso de antidepresivos y un mayor deterioro cognitivo en personas con demencia. Sin embargo, estos hallazgos no deben aplicarse ciegamente a la enfermedad de Huntington.

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Dos estudios recientes ofrecen nuevos conocimientos sobre cómo se prescriben los antidepresivos, a menudo para ayudar a controlar el estado de ánimo y la ansiedad, en la enfermedad de Huntington (EH) y cómo también podrían influir en el deterioro cognitivo. Un estudio se centra en el uso de medicamentos en la EH, mientras que el otro examina de forma más amplia la demencia y los antidepresivos. Juntos, revelan un mapa complejo y en evolución de las decisiones de tratamiento. Pero esto no significa que las personas que viven con la EH deban dejar de tomar antidepresivos. Profundicemos en por qué es así.

Panorama cambiante de la medicación para la EH

El primer estudio examinó el uso de medicamentos entre personas con EH, utilizando datos de miles de personas en Enroll-HD, el mayor estudio observacional de la enfermedad. Entre otras cosas, Enroll-HD recopila datos sobre qué medicamentos se utilizan con más frecuencia durante la atención de la EH. ¿Un hallazgo sorprendente? Un asombroso 84% de las personas con EH utilizan al menos un medicamento, y esta cifra aumenta a medida que la enfermedad progresa.

Un nuevo estudio sugiere que los antidepresivos, específicamente los ISRS, pueden acelerar el deterioro cognitivo en personas con demencia. ¡Pero no tires tus medicamentos! Porque este estudio no es un comparador directo para la enfermedad de Huntington.
Un nuevo estudio sugiere que los antidepresivos, específicamente los ISRS, pueden acelerar el deterioro cognitivo en personas con demencia. ¡Pero no tires tus medicamentos! Porque este estudio no es un comparador directo para la enfermedad de Huntington.

En las primeras etapas, las personas con EH toman una media de 2,5 medicamentos. Pero a medida que la enfermedad avanza, esa cifra se duplica con creces, hasta 5,2. Esto realmente pone de manifiesto cuánto cambian las necesidades médicas de una persona a medida que la EH progresa.

Entonces, ¿qué medicamentos están tomando las personas? El estudio encontró que los antipsicóticos (utilizados para controlar los síntomas motores y los problemas psiquiátricos), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS, una clase común de antidepresivos) y los analgésicos (para el malestar crónico asociado con la EH) encabezan la lista. Todos estos, incluidos los ISRS, son una herramienta fundamental en el conjunto de herramientas para las personas que viven con la EH.

Factores sorprendentes

Pero aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes: los patrones de prescripción varían en función de factores como la etapa de la enfermedad, el sexo y la ubicación. Por ejemplo, es más probable que a los hombres con EH se les prescriban antipsicóticos, mientras que las mujeres tienden a usar más antidepresivos y analgésicos. La división geográfica es igualmente fascinante: en Norteamérica, los ISRS son la opción preferida, mientras que en Europa, es más probable que los médicos prescriban antipsicóticos.

¿Por qué? Podría deberse a diferencias en las directrices de tratamiento, a las actitudes culturales hacia los medicamentos o incluso al coste y la disponibilidad de los mismos. Cualquiera que sea la razón, esta variación sugiere que las elecciones de medicamentos podrían estar influenciadas por algo más que las necesidades individuales del paciente.

Lo importante aquí es que este estudio analizó realmente qué medicamentos estaban utilizando las personas, no solo lo que recomendaban sus médicos. Así que esto nos da una imagen mucho más realista de lo que está sucediendo realmente. Esto es valioso porque nos da una visión del mundo real, la experiencia vivida de estas personas que se enfrentan a la EH en el día a día.

Cambio de tratamiento

Otra conclusión crucial del estudio es cómo el uso de medicamentos cambia con el tiempo. Al principio, los médicos pueden centrarse en medicamentos que tengan como objetivo controlar el estado de ánimo y la ansiedad. Pero a medida que los movimientos involuntarios y los comportamientos desafiantes se hacen más prominentes, el tratamiento se desplaza hacia el manejo de estos síntomas más disruptivos.

“Hay algunas advertencias importantes para el estudio que vincula la demencia acelerada con el uso de antidepresivos que la gente debe tener en cuenta, porque este estudio no es un comparador directo para las personas de familias con EH”

Este cambio es particularmente evidente en el uso de antipsicóticos, que aumenta significativamente a medida que la EH progresa.

Mientras tanto, las personas que desarrollan la forma rara de EH juvenil muestran patrones de medicación diferentes, a menudo requiriendo más tratamientos para la agresión y la irritabilidad que para los síntomas motores.

Estos hallazgos resaltan la necesidad de enfoques de tratamiento personalizados que consideren las trayectorias únicas de la enfermedad y las necesidades de los diferentes grupos de pacientes, particularmente para aquellos con EH juvenil.

Uso de antidepresivos en personas con demencia

Un segundo estudio se aleja de la EH específicamente y analiza una pregunta más amplia: ¿Influyen los antidepresivos en el deterioro cognitivo en personas con demencia? Los antidepresivos se prescriben a menudo a personas con demencia para ayudar a controlar los síntomas psicológicos que acompañan a la enfermedad, como la ansiedad y la depresión.

Utilizando datos del Registro Sueco de Trastornos de Demencia Cognitiva, los investigadores examinaron si ciertos antidepresivos podrían realmente acelerar el deterioro cognitivo. Y los hallazgos están levantando cejas.

Entre las personas con demencia, aquellas que tomaban antidepresivos, especialmente ISRS, experimentaron un deterioro cognitivo más rápido. El efecto fue particularmente pronunciado en individuos con demencia más severa al inicio del estudio.

Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que algunos otros estudios han mostrado resultados contradictorios, lo que demuestra lo complejo que es este tema. Estos hallazgos añaden capas de complejidad al proceso de toma de decisiones para médicos y pacientes en torno al uso de estos medicamentos, particularmente para los grupos de personas más vulnerables con demencia severa.

Las personas con la enfermedad de Huntington toman más medicamentos a medida que la enfermedad progresa, siendo los antidepresivos uno de los más comunes. Esto subraya la importancia de las conversaciones abiertas entre las familias y los médicos para ajustar los tratamientos según sea necesario.
Las personas con la enfermedad de Huntington toman más medicamentos a medida que la enfermedad progresa, siendo los antidepresivos uno de los más comunes. Esto subraya la importancia de las conversaciones abiertas entre las familias y los médicos para ajustar los tratamientos según sea necesario.

¿Más medicina, declive más rápido?

Curiosamente, también sugieren que existe una relación dosis-respuesta, lo que significa que las dosis más altas de ISRS se vincularon a una tasa aún mayor de deterioro cognitivo.

Medicamentos como la sertralina, el citalopram y el escitalopram, ISRS ampliamente utilizados, fueron los que se asociaron más fuertemente con el deterioro cognitivo. Esto plantea preguntas importantes: ¿estos medicamentos están ayudando más de lo que están perjudicando? ¿Deberían los médicos reconsiderar cómo y cuándo los prescriben a las personas con demencia? Para la EH, las respuestas no son en blanco y negro y hay más matices en estas preguntas.

¿Otro giro intrigante? El estudio encontró que los hombres experimentaron un declive cognitivo más pronunciado con los antidepresivos en comparación con las mujeres, a pesar de que es más probable que a las mujeres se les prescriban estos medicamentos. Además, las personas que no estaban tomando medicamentos contra la ansiedad o para dormir junto con sus antidepresivos mostraron un declive más pronunciado. ¿Podrían otros medicamentos estar ofreciendo algún tipo de efecto protector, o es esto solo una coincidencia? Las respuestas siguen sin estar claras, lo que destaca las limitaciones de este estudio y la necesidad de más investigación.

Cosas a tener en cuenta

Hay algunas advertencias importantes para el estudio que vincula la demencia acelerada con el uso de antidepresivos que la gente debe tener en cuenta, porque este estudio no es un comparador directo para las personas de familias con EH.

  • Primero, la propia depresión está asociada con la demencia y el deterioro cognitivo, por lo que realmente no podemos separar el problema del huevo y la gallina aquí. Las asociaciones entre el uso de antidepresivos y el deterioro cognitivo podrían deberse a la condición psiquiátrica subyacente en lugar del medicamento en sí. En otras palabras, a las personas se les pueden prescribir antidepresivos porque sus síntomas son peores o están progresando más rápidamente: la causa subyacente del declive es la enfermedad cerebral, no el medicamento. Aunque los investigadores intentaron tener esto en cuenta, no es algo que podamos descartar por completo.

  • Segundo, la gravedad de la demencia en sí podría estar contribuyendo al deterioro cognitivo, lo que dificulta decir de manera concluyente que los resultados que vieron se debieron a los antidepresivos. La relación entre el uso de antidepresivos y la gravedad de la demencia es complicada. A partir de los datos de Enroll-HD descritos aquí, sabemos que el tratamiento y el uso de medicamentos evolucionan a medida que la EH progresa, lo que probablemente debería ser el caso también para otras enfermedades, como la demencia.

  • Tercero, diferentes formas de demencia tienen causas biológicas muy diferentes, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia con cuerpos de Lewy o la demencia frontotemporal. Pero este estudio agrupó estos diversos tipos de demencia. Esto podría estar enmascarando algunos de los efectos específicos de la enfermedad que pueden estar en juego entre los efectos de los antidepresivos y estos tipos específicos de demencia. Para añadir a esto, la EH es también una enfermedad única que probablemente tiene sus propios efectos individuales con medicamentos específicos. Por esa razón, es importante evaluar los efectos de los medicamentos a nivel individual de la enfermedad y del paciente, en lugar de sacar conclusiones generales a través de un grupo de enfermedades.

  • Por último, y quizás lo más importante, este estudio analizó la asociación, no la causalidad. Este tipo de diseños de estudio que no están probando medicamentos en un ensayo clínico ciego tienen limitaciones importantes. Simplemente no tienen el poder o el rigor para sacar conclusiones en blanco y negro sobre lo que está sucediendo biológicamente. Sin embargo, son buenos para hacer asociaciones entre eventos, como el uso de antidepresivos y el deterioro cognitivo, que pueden ser examinados con más detalle en futuros estudios.

¡No tires tus medicamentos!

“Los estudios discutidos aquí son un recordatorio de que la medicina nunca es una talla única para todos. Particularmente para la EH, el uso de medicamentos es increíblemente común y se vuelve más frecuente y más complicado a medida que la enfermedad progresa.”

Ambos estudios resaltan el delicado acto de equilibrio de la prescripción de medicamentos para enfermedades neurodegenerativas basado en el individuo. Para las personas con EH y otras formas de demencia, los medicamentos pueden proporcionar un alivio crucial de los síntomas psiquiátricos y motores.

Una conclusión fundamental es que estos hallazgos recientes no significan que los antidepresivos deban ser abandonados para la EH! Más bien, subrayan la necesidad de un enfoque reflexivo e individualizado a través de relaciones de colaboración entre los médicos, los pacientes y los cuidadores. A menudo, las personas cercanas a nosotros nos conocen mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos, y esto es particularmente cierto para los cuidadores.

Para muchas personas con EH, el riesgo a corto plazo de la depresión o los comportamientos desafiantes es enorme: estos son síntomas que pueden conducir con demasiada facilidad a lesiones, autolesiones y muerte prematura. Equilibrar los riesgos a corto y largo plazo, y los posibles daños y beneficios de las opciones de tratamiento, es un asunto delicado que exige la plena participación de los pacientes, sus seres queridos y los profesionales médicos.

Las conversaciones entre las familias con EH y los médicos deben ser abiertas y honestas, para que los médicos puedan permanecer atentos, ajustando los planes de tratamiento basados en las últimas investigaciones y las necesidades cambiantes de cada paciente. Esto también podría incluir ayudar a las personas a encontrar acceso a tratamientos no farmacológicos, como la terapia, los grupos de apoyo y los cambios en el estilo de vida.

El camino por delante

Los estudios discutidos aquí son un recordatorio de que la medicina nunca es una talla única para todos. Particularmente para la EH, el uso de medicamentos es increíblemente común y se vuelve más frecuente y más complicado a medida que la enfermedad progresa. Los patrones de tratamiento pueden ser tan diferentes para varios grupos, lo que realmente destaca la necesidad de un diálogo abierto y honesto entre los pacientes y los médicos para desarrollar planes de atención personalizados.

Este trabajo también destaca cuánto nos queda por aprender sobre el cerebro y la interacción entre los medicamentos y la neurodegeneración. Se necesita más investigación para desentrañar estas complejas relaciones, pero una cosa está clara: ya sea en la EH o en la atención más amplia de la demencia, el objetivo sigue siendo el mismo: crear un viaje más suave y seguro para aquellos que navegan por estas difíciles condiciones.

Por ahora, los pacientes y las familias deben mantenerse informados, hacer preguntas y trabajar en estrecha colaboración con sus médicos para asegurarse de que los tratamientos se ajusten a sus necesidades individuales. Porque cuando se trata de la hoja de ruta del cerebro, una navegación cuidadosa es clave para llegar a donde queremos ir.

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