
Julio de 2025: Este mes en la investigación de la enfermedad de Huntington
Resumen de julio sobre la investigación de la EH: Los escáneres cerebrales, la edición de genes, las células gliales e incluso los teléfonos inteligentes revelan nuevas formas de seguir y tratar el Huntington. Desde el sueño hasta la energía celular, la ciencia está haciendo zoom y aportando esperanzas de intervenciones más tempranas e inteligentes.

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Este mes, la investigación sobre la enfermedad de Huntington (EH) ha ofrecido poderosas perspectivas sobre cómo cambia el cerebro con el tiempo, y cómo podríamos ralentizar o seguir esa progresión. Desde el uso de escáneres cerebrales, pruebas con teléfonos inteligentes e incluso patrones de sueño para detectar cambios tempranos, hasta la exploración de nuevos ángulos de tratamiento como el apoyo a las células gliales, la edición de genes y la reparación de la energía, los científicos están descubriendo nuevas formas de luchar contra la EH en cada etapa. Incluso con el reciente rechazo normativo de la pridopidina de Prilenia, los estudios de este mes aportan una esperanza real de que la detección precoz, un mejor seguimiento y tratamientos más inteligentes puedan estar pronto al alcance de la mano.
Observando la huntingtina y aprendiendo de un estudio PET
Los investigadores han probado recientemente una nueva herramienta de exploración cerebral llamada trazador de imágenes PET, básicamente una molécula diminuta que se «ilumina» cuando se adhiere a la proteína huntingtina dañina, causante de la EH. Mediante el seguimiento de este brillo en los escáneres cerebrales, los científicos esperaban ver qué cantidad de la proteína dañina se acumula en las personas con EH. Aunque el trazador era seguro y no causaba efectos secundarios, era un poco demasiado «pegajoso», se adhería a lugares donde no debía, algo así como la purpurina que se mete por todas partes, lo que dificultaba la interpretación de los resultados.
Aunque este trazador concreto no produjo los resultados que esperaban, el estudio enseñó a los científicos mucho sobre cómo diseñar otros mejores. Descubrieron que comparar las regiones cerebrales con el cerebelo (una parte del cerebro que normalmente no se da en la EH) ayudaba a revelar algunos patrones significativos, y que espaciar los escáneres una semana entre sí daba resultados más fiables que hacerlos seguidos. Para las familias con EH, lo más importante es lo siguiente: los científicos están cada vez más cerca de crear una herramienta que pueda rastrear la proteína huntingtina en tiempo real, lo que algún día podría ayudar a controlar la eficacia de los tratamientos para reducir la huntingtina.

Energía desequilibrada: Cómo influye la enfermedad de Huntington en el centro neurálgico de la célula
Los científicos utilizaron diminutos modelos cerebrales en 3D fabricados a partir de células madre de la EH para estudiar cómo afecta la enfermedad al desarrollo temprano del cerebro. Observaron que incluso antes de que las células cerebrales estuvieran completamente formadas, algo no funcionaba, especialmente en la forma en que las células producían y utilizaban la energía. Un gen clave de la energía llamado CHCHD2 no funcionaba bien, lo que provocaba que las mitocondrias, las partes de la célula que actúan como centrales eléctricas, suministraran toda la energía.
Esto es importante porque si las células cerebrales no pueden gestionar la energía adecuadamente desde el principio, es posible que no crezcan y se desarrollen como deberían, lo que podría hacerlas más propensas a romperse más adelante. Pero lo más emocionante es que los investigadores descubrieron que potenciar el gen de la energía CHCHD2 parecía solucionar el problema en estos minicerebros tridimensionales, lo que apunta a una nueva forma en que los científicos podrían proteger las células cerebrales al principio de la enfermedad.
Simón dice basta: lo que un juego infantil puede enseñarnos sobre la enfermedad de Huntington precoz
Los científicos convirtieron el juego infantil «Simón dice» en una prueba de adultos para ver cómo afecta la EH temprana a la atención y al control de los impulsos. Las personas con EH en estadio inicial jugaron a una versión para ordenador: las formas parpadeaban a la izquierda o a la derecha y tenían que pulsar un botón basándose en el color, no en la ubicación. Unos diminutos sensores situados en sus pulgares detectaban hasta la más mínima contracción muscular, a veces antes de que la persona pudiera detenerse. Resulta que las personas con EH precoz no eran excesivamente impulsivas, pero tardaban más en reaccionar y tenían problemas para prestar atención.
Este trabajo sugiere que la EH temprana no parece hacer que las personas actúen por impulso, pero sí ralentiza su pensamiento y hace más difícil mantener la concentración. Detectar estos cambios sutiles podría ayudar a los médicos a reconocer antes la EH y orientar mejores estrategias de apoyo. Y lo que es más importante, para las familias que se enfrentan a la EH, el estudio es esperanzador porque demuestra que el cerebro todavía puede controlar los impulsos y que las intervenciones tempranas, como las terapias o los ejercicios dirigidos a la atención, podrían ayudar a las personas a mantenerse más «en el juego.»
Este mes, la investigación sobre la enfermedad de Huntington (EH) ha ofrecido poderosos conocimientos sobre cómo cambia el cerebro con el tiempo, y cómo podríamos ralentizar o seguir esa progresión.
Héroes anónimos: ¿Podrían las células gliales tratar la enfermedad de Huntington?
Los científicos probaron si las células gliales humanas sanas, el equipo de apoyo del cerebro, podían ayudar a reparar los daños de la EH. Trasplantaron células progenitoras gliales al cerebro de ratones adultos modelo de la EH. Los resultados fueron impresionantes: los ratones tratados parecían moverse mejor, recordar más, vivir más tiempo y sus neuronas parecían comportarse más como las sanas.
Este trabajo sugiere que, potenciando las células que rodean a las neuronas, podemos ser capaces de apoyar y mejorar la función neuronal, incluso después de que hayan comenzado los síntomas. Estas células «ayudantes» podrían liberar señales de reparación o mejorar el entorno cerebral, dando a las neuronas un impulso muy necesario. Es pronto, pero este tipo de investigación abre una nueva y emocionante vía potencial aprovechando las células gliales para curar el cerebro y utilizando el trabajo en equipo para luchar contra la EH.
Descifrando el caso: cómo un «detective» de smartphone ayuda a seguir la evolución de la enfermedad de Huntington
Los científicos han creado una nueva herramienta llamada Puntuación Motora Digital de la EH (HDDMS) que convierte un teléfono inteligente en un «detective» para seguir la progresión de la EH. Utilizando pruebas sencillas basadas en el teléfono, como dar golpecitos, caminar, mantener el equilibrio y medir los movimientos involuntarios, se recogen datos directamente desde casa. El HDDMS demostró ser aproximadamente el doble de sensible que las pruebas clínicas tradicionales, lo que significa que podía detectar cambios sutiles en el movimiento antes y de forma más fiable.
Esto podría ser un gran avance porque la implantación del HDDMS significaría menos visitas a la clínica, ensayos clínicos más pequeños y rápidos, y mejores herramientas para ver si los tratamientos funcionan, todo ello sin salir de casa. Para las familias con EH, eso es enorme. Es como tener una lupa superpoderosa en el bolsillo, que podría ayudar a los médicos e investigadores a detectar antes la progresión de la enfermedad y adaptar los cuidados con mayor precisión.

Detener la bola de nieve genética: Cómo una simple interrupción genética frena la enfermedad de Huntington
La EH está causada por un tramo repetido de las letras genéticas C-A-G que se agranda con el tiempo, como una bola de nieve que rueda cuesta abajo. Los científicos utilizaron una versión modificada de CRISPR, una potente herramienta de edición genética, para insertar un pequeño cambio genético en esta secuencia repetida. En células y ratones, esta simple interrupción pareció ralentizar la peligrosa expansión y proteger las células cerebrales de los daños.
Este enfoque aborda una de las causas profundas de la EH, no sólo los síntomas. Al impedir que la bola de nieve genética gane velocidad, esta estrategia podría conducir a tratamientos duraderos y eficaces. Todavía es demasiado pronto para saber con seguridad si este enfoque funcionará, pero esto da una esperanza real de que ralentizar o incluso detener la progresión de la enfermedad puede ser posible.
Cuando la orquesta del cerebro desafina: Un nuevo mapa de la progresión de la enfermedad de Huntington
Los científicos utilizaron una potente herramienta de imagen cerebral para trazar un mapa de cómo la EH cambia las redes de comunicación del cerebro a lo largo del tiempo, y los resultados se parecen mucho a una sinfonía que se desmorona en tres actos. En las primeras fases, el cerebro está demasiado conectado. El equipo descubrió que distintas regiones hablan unas sobre otras, como una orquesta que toca demasiado alto y desincronizada. Esta «hiperconectividad» parece manifestarse décadas antes de los síntomas y puede ser la forma que tiene el cerebro de intentar compensar los daños tempranos.
A medida que la EH progresa, esas conexiones se deshacen. La enfermedad parece extenderse a lo largo de los circuitos cerebrales, como una mala nota que salta de sección en sección. Finalmente, la mayor parte de la comunicación del cerebro parece calmarse drásticamente, lo que conduce a una desconexión generalizada. Cada etapa parece estar impulsada por diferentes procesos biológicos, desde los primeros problemas de señalización química hasta los posteriores fallos energéticos y genéticos. La gran conclusión es que la EH no sigue una línea recta, sino que se desarrolla por etapas, y saber cuándo y cómo empieza a fallar la «música» del cerebro podría ayudar a los médicos a programar los futuros tratamientos con mayor precisión.
En conjunto, estos estudios aportan una esperanza real de que pronto estén al alcance de la mano la detección precoz, un mejor seguimiento y tratamientos más inteligentes.
La Pridopidina se topa con un obstáculo: La EMA rechaza la aprobación de un tratamiento para la enfermedad de Huntington
El 25 de julio de 2025, Prilenia y su socio Ferrer recibieron la confirmación de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) había rechazado su solicitud de autorización de comercialización de la pridopidina como tratamiento de la EH en Europa. La decisión concuerda con los resultados de ensayos clínicos anteriores que mostraban que, aunque la pridopidina era en general segura y bien tolerada, no cumplía sus criterios de valoración primarios en ensayos clave, incluido el ensayo más reciente PROOF-HD. Aunque los análisis de subgrupos insinuaron modestos beneficios en la Capacidad Funcional Total (CFT) entre los participantes que no tomaban medicamentos que afectaban a la dopamina, esas señales no se consideraron lo bastante sólidas como para apoyar la aprobación.
A pesar de este revés, Prilenia y Ferrer han señalado su compromiso continuado con el desarrollo de la pridopidina, no sólo para la EH, sino también para la ELA. Tienen previsto iniciar un nuevo estudio de registro global, con el objetivo de evaluar más a fondo los beneficios clínicos del fármaco en los dominios funcional, cognitivo y motor. Aunque un rechazo regulatorio representa una decepción importante para las familias con EH, el panorama más amplio de la investigación de la EH sigue siendo dinámico y esperanzador en 2025, con abundantes buenas noticias y se esperan más novedades sobre ensayos antes de finales de año.
Cuando se rompe el reloj cerebral: Alteración del sueño y caos circadiano en la enfermedad de Huntington
Un estudio de 12 años siguió a personas con el gen de la EH para ver cómo cambiaba su sueño con el tiempo y los resultados fueron reveladores. Antes incluso de que aparecieran los síntomas, su sueño se volvió inestable, como un reloj roto que no pudiera seguir el compás. Más cerca del inicio de la enfermedad, muchos tenían problemas para permanecer dormidos toda la noche. Estos problemas de sueño estaban relacionados con un pensamiento más lento, problemas de humor y signos de daño nervioso en el cerebro.
Este estudio sugiere que el sueño puede no ser sólo un síntoma de la EH, sino que puede desempeñar un papel en la evolución de la enfermedad. El seguimiento del sueño podría ayudar a detectar los primeros signos de alarma años antes de que empiecen los síntomas, y mejorar el sueño podría incluso ayudar a proteger la salud del cerebro. Para las familias con EH, el mensaje es claro: el sueño es poderoso y podría formar parte de futuras estrategias para frenar o controlar mejor la EH.
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